Trabajo en un hogar de ancianos, por lo que tengo mucha interacción con las personas de la tercera edad. Y hay algo que me impactó con fuerza desde el principio: los ancianos en este país no son el típico abuelo que se sienta todos los días en pantuflas a leer el periódico, o que va a hacer mandados, o en otros casos, como la mayoría de los ancianos cubanos, hacen colas para comprar el diario, para luego revenderlo, o venden cucuruchos de maní para poder subsistir.
Los ancianitos de acá, un gran número de ellos, tienen aun sus autos y andan por toda la ciudad, van a todas sus citas del médico solos, por poner un ejemplo, e incluso tienen una vida social intensa. Usan teléfonos celulares, saben usar el internet y gran parte de los adelantos técnicos al alcance de la sociedad.
Hace poco escuché a uno de estos “viejitos” en el elevador halagar a otra “viejita” y tal como si fueran jóvenes le pidió su correo electrónico para escribirle. No pude menos que sonreír.
El diario La Nación hace un tiempo escribió un artículo sobre el adulto mayor y las tendencias mundiales, allí se puede leer:”…en EE.UU., los mayores de 50 años acumulan más riqueza y poder de gasto que ningún otro grupo en la historia.”
Artículo completo aquí: http://www.globalaging.org/elderrights/world/2006/boommayores.htm
Por lo general, estos ancianos están retirados y reciben un cheque mensual de Seguridad Social que como promedio sobrepasa los 1000 dólares. Esos fondos provienen de una mensualidad que el gobierno les retiraba de sus cheques durante todos los años de trabajo como pensión de retiro. Alli no solo está el dinero que ellos trabajaron sino también, el doble de lo que que el Estado le retira de su cheque y que debe ser puesto por el empleador. Todo ese capital va a su fondo de retiro. Como pueden ver, los empleadores en los EE UU deben invertir una buena parte de sus ganancias en el bienestar de sus obreros. Eso sin hablar de prestaciones como seguro médico, vacaciones pagadas, etc.
Además de que muchos crearon cuentas de ahorro con intereses especiales que les permitieron tener miles, a veces cientos de miles en el banco cuando se retiraron. Les pongo un ejemplo: Mi empleador, en este caso, el hogar de ancianos, tiene contrato con una empresa de servicios financieros, donde puedo crear una cuenta de ahorros a largo término. Supongamos que yo quiero depositar allí 50 dólares mensuales. Mi empleador depositará el doble de esa cantidad, así que serían 150 dólares. Esa cuenta no se puede usar hasta que yo cumpla 65 años, y tiene un interés especial que me permite tener una buena cantidad de dinero cuando cumpla esa edad. En mi trabajo hay varios que ya tienen mas de 100 000 dolares de esa forma ahorrados.
Pero no todo es color de rosa, el sistema del seguro social está en crisis por varios motivos, entre ellos el aumento de la carestía de la vida, lo que ha obligado con el paso de los años a aumentar las pensiones de los ancianos. Se dice que nuestra generación cuando arribe a los 65 años se encontrará con que no hay fondos de Seguro Social. Espero que los legisladores en el Congreso encuentren la manera de evitar tan grave situación. Pero mientras voy guardando “alguito” en mi cuenta de retiro.
Qué diferencia con nuestra Patria, en la que los ancianos que un día apoyaron a Fidel Castro y su Revolución, y dieron todo de si trabajando día y noche, hoy están abandonados, con retiros miserables, o en asilos de ancianos deprimentes donde faltan desde la leche hasta el detergente o los insumos de higiene personal. He visto pocos espectáculos más frustrantes que la cola de ancianos esperando el diario en la esquina de 10 de Octubre y Acosta en las mañanas. En sus rostros y atuendos puede verse la depresión, inseguridad, indigencia e indefensión de que son víctimas. Muchos, a esas alturas de la vida se preguntarán para qué vivir tanto (la esperanza de vida de Cuba es de 77.6 años), si en la mayoría de los casos ese última etapa se resume en no hacer nada que valga la pena, solo esperar la muerte…
Los ancianitos de acá, un gran número de ellos, tienen aun sus autos y andan por toda la ciudad, van a todas sus citas del médico solos, por poner un ejemplo, e incluso tienen una vida social intensa. Usan teléfonos celulares, saben usar el internet y gran parte de los adelantos técnicos al alcance de la sociedad.
Hace poco escuché a uno de estos “viejitos” en el elevador halagar a otra “viejita” y tal como si fueran jóvenes le pidió su correo electrónico para escribirle. No pude menos que sonreír.
El diario La Nación hace un tiempo escribió un artículo sobre el adulto mayor y las tendencias mundiales, allí se puede leer:”…en EE.UU., los mayores de 50 años acumulan más riqueza y poder de gasto que ningún otro grupo en la historia.”
Artículo completo aquí: http://www.globalaging.org/elderrights/world/2006/boommayores.htm
Por lo general, estos ancianos están retirados y reciben un cheque mensual de Seguridad Social que como promedio sobrepasa los 1000 dólares. Esos fondos provienen de una mensualidad que el gobierno les retiraba de sus cheques durante todos los años de trabajo como pensión de retiro. Alli no solo está el dinero que ellos trabajaron sino también, el doble de lo que que el Estado le retira de su cheque y que debe ser puesto por el empleador. Todo ese capital va a su fondo de retiro. Como pueden ver, los empleadores en los EE UU deben invertir una buena parte de sus ganancias en el bienestar de sus obreros. Eso sin hablar de prestaciones como seguro médico, vacaciones pagadas, etc.
Además de que muchos crearon cuentas de ahorro con intereses especiales que les permitieron tener miles, a veces cientos de miles en el banco cuando se retiraron. Les pongo un ejemplo: Mi empleador, en este caso, el hogar de ancianos, tiene contrato con una empresa de servicios financieros, donde puedo crear una cuenta de ahorros a largo término. Supongamos que yo quiero depositar allí 50 dólares mensuales. Mi empleador depositará el doble de esa cantidad, así que serían 150 dólares. Esa cuenta no se puede usar hasta que yo cumpla 65 años, y tiene un interés especial que me permite tener una buena cantidad de dinero cuando cumpla esa edad. En mi trabajo hay varios que ya tienen mas de 100 000 dolares de esa forma ahorrados.
Pero no todo es color de rosa, el sistema del seguro social está en crisis por varios motivos, entre ellos el aumento de la carestía de la vida, lo que ha obligado con el paso de los años a aumentar las pensiones de los ancianos. Se dice que nuestra generación cuando arribe a los 65 años se encontrará con que no hay fondos de Seguro Social. Espero que los legisladores en el Congreso encuentren la manera de evitar tan grave situación. Pero mientras voy guardando “alguito” en mi cuenta de retiro.
Qué diferencia con nuestra Patria, en la que los ancianos que un día apoyaron a Fidel Castro y su Revolución, y dieron todo de si trabajando día y noche, hoy están abandonados, con retiros miserables, o en asilos de ancianos deprimentes donde faltan desde la leche hasta el detergente o los insumos de higiene personal. He visto pocos espectáculos más frustrantes que la cola de ancianos esperando el diario en la esquina de 10 de Octubre y Acosta en las mañanas. En sus rostros y atuendos puede verse la depresión, inseguridad, indigencia e indefensión de que son víctimas. Muchos, a esas alturas de la vida se preguntarán para qué vivir tanto (la esperanza de vida de Cuba es de 77.6 años), si en la mayoría de los casos ese última etapa se resume en no hacer nada que valga la pena, solo esperar la muerte…